Dr. Gerardo Velásquez.
LA INTOLERANCIA A LOS ALIMENTOS Y LA ENFERMEDAD CELIACA.
La intolerancia a los alimentos es una reacción adversa provocada por el consumo de ciertos alimentos. Puede deberse a deficiencia de determinadas enzimas digestivas (como la intolerancia a la lactosa), a mecanismos farmacológicos, sustancias presentes en el alimento o liberadas por él que poseen acción farmacológica potencial, como la histamina, la tiramina, la putrescina o la cadaverina; o a mecanismos de causa desconocida.
La intolerancia a los alimentos se distingue de la alergia a alimentos en que esta última provoca una respuesta del sistema inmunitario y la intolerancia no.
Asimismo, es importante la distinción con la enfermedad celíaca que, si bien tiene como base una intolerancia permanente al gluten y fue considerada tradicionalmente como un trastorno únicamente digestivo, actualmente se conoce que se trata de una enfermedad sistémica autoinmune, caracterizada por el desarrollo de una inflamación intestinal frente al contacto con el gluten, proteína presente en algunos granos, generando daño en vellosidades intestinales y consecuente clínica de malabsorción de nutrientes a ese nivel. En personas con predisposición genética, el gluten causa una respuesta inmunitaria anormal que puede dar lugar a la producción de diferentes autoanticuerpos que atacan y dañan diversos órganos y sistemas. Especialmente en niños mayores de dos años y adultos, los síntomas digestivos son leves, intermitentes o ausentes y predominan síntomas no digestivos que pueden ser muy variados y diversos, por lo que actualmente aproximadamente el 83% de celíacos permanece sin reconocer ni diagnosticar.
Si bien comúnmente se desarrolla desde los 6 meses de edad, también los adultos pueden desarrollar esta alergia, o ser alérgicos desde pequeños sin haber sido diagnosticados.
Se debe tener presente síntomas como diarrea persistente, dolor abdominal recurrente, meteorismo (gases excesivos), desnutrición (producto de la mala absorción intestinal descrita), intolerancia a la lactosa, anemia y osteoporosis. Corroborar con muestras de sangre (anticuerpos específicos).
TRATAMIENTO
Si bien no hay cura para que una persona deje de ser alérgica al gluten, sí es posible que la inflamación desaparezca mediante una dieta libre de gluten de por vida, pues así, la persona recupera una función normal de absorción del intestino y las molestias desaparecen. En la actualidad hay varios productos libres de gluten, pero lo más importante es evitar el trigo, la avena, la cebada y el centeno (conocidos como TACC). Hay que evitar los alimentos que tengan contaminación con estos, o que sean procesados en la misma línea (Contaminación Cruzada). Para esto, es recomendable que las personas celíacas manejen o dispongan un lugar con buen almacenamiento, en donde los alimentos que consuma no sufran contaminación con otros productos, “como con migas de pan, o los mismos utensilios”.
Dr. Gerardo Velásquez.
Pediatra-Nutriólogo
Miembro comisión Pediatría Social Filial Nueva Esparta